“The Troubles” es el nombre popular con el que se designa el conflicto armado que ha tenido lugar en Irlanda del Norte desde finales de los 60 hasta el Acuerdo de Viernes Santo de 1998, y que si bien se considera oficialmente desde esta fecha, no deja de amenazar cada cierto tiempo con su reapertura debido a crímenes y reyertas aislados. Motivado por diferencias políticas, culturales y religiosas entre las comunidades católica y protestante, el conflicto no se desarrolló como una guerra al uso, sino más como una serie de atentados y acciones de guerrilla realizados por grupos terroristas tanto republicanos como unionistas, operaciones de represión llevadas a cabo por el ejército británico con un uso desproporcionado de la fuerza, y asesinatos sectarios de ‘civiles’ partidarios de uno y otro bando que sin llegar a tener la repercusión de un ataque con bomba o la muerte de un cargo político se convirtieron por su frecuencia en una terrible realidad de la vida cotidiana en el Ulster.
Se llamó
Bloody Sunday al día 30 de enero de 1972, después de que una manifestación pacífica por los derechos civiles de la comunidad católica terminase con catorce personas muertas por disparos de paracaidistas británicos que creyeron estar bajo el fuego de francotiradores del IRA. La película de Paul Greengrass es una representación de lo ocurrido aquel día en las calles de Derry, siguiendo a los organizadores de la marcha, manifestantes, soldados y altos mandos de la policía y el ejército británicos, para mostrar cómo una serie de malentendidos, decisiones equivocadas y la predisposición violenta de ciertos soldados y manifestantes provocaron la tragedia; cómo gobierno y ejército, principales responsables, trataron de manipular los hechos para justificar el brutal resultado; y cómo aquel día supuso un fuerte revés a la lucha pacífica y motivó un recrudecimiento de la violencia terrorista. Al igual que el resto de películas de su director,
Bloody Sunday está grabada cámara en mano con zooms y movimientos bruscos, un estilo que desgraciadamente se ha popularizado en los últimos hasta convertirse en un cliché y emplearse con cualquier excusa; en este caso, aunque quedan dudas, sí puede decirse que hay momentos en que la inmediatez y caos que proporciona esta técnica quedan justificados por los hechos representados.
Última película del gran Alan Clarke,
Elephant (inspiración de la película del mismo título de Gus Van Sant) se limita a reconstruir una serie de asesinatos reales en los lugares en que se llevaron a cabo sin examinar las identidades de asesino y víctima o los motivos del crimen. Aunque esta aproximación al material puede ser acusada de abstracta y políticamente neutral, lo cierto es que paradójicamente Clarke está haciendo una lectura política de los hechos mucho más seria y provocadora de lo que parece, al mostrar una tras otra las muertes sin dejar que sean justificadas o racionalizadas por ideologías (de forma parecida a
Contact, una de sus obras anteriores); y esa misma sencillez del planteamiento hace que la película nos acerque de forma más efectiva al día a día en el Ulster durante los años 80, con personas aparentemente normales matando a tiros a otras personas aparentemente normales en plena calle, en su casa o en su lugar de trabajo. Rodada para la BBC,
Elephant es quizás la expresión más formalista y extrema del uso de la Steadicam en la filmografía de su director.
Para denunciar por su trato como delincuentes comunes y reclamar el estatus de prisioneros políticos, los presos del IRA llevaron a cabo una serie de protestas durante los años 80, entre ellas la huelga de hambre encabezada por Bobby Sands que terminó con su muerte y la de otros 9 presos. Ópera prima del artista Steve McQueen,
Hunger es una película sobre aquellas protestas que retrata los extremos a los que los presos estaban dispuestos a llegar por sus convicciones y el daño emocional sufrido por los funcionarios de prisiones, cómplices o no, al verse obligados a defender la intransigente postura del gobierno de Thatcher. Con una estructura argumental atípica, repleta de elipsis y siguiendo a personajes secundarios antes de centrarse en Sands (el prometedor Michael Fassbender), el film de McQueen es una obra maestra y toda una lección de cine en su uso de la fotografía, el montaje y el sonido, aunque quizás sea más impresionante aún la ejecución de su escena central, una conversación con cámara fija rodada en una sola toma de 17 minutos entre Fassbender y Liam Cunningham, y perfectamente escrita por el dramaturgo Enda Walsh. En resumen, una de las mejores películas de los últimos años, y esperemos que no sea el último trabajo de un gran director.
BLOODY SUNDAYMartes 20 de octubre, a las 15:00en el Salón de Actos ‘Juan de la Cierva’Duración: 106 minutosELEPHANT [1989]Martes 20 de octubre, a las 16:50en el Salón de Actos ‘Juan de la Cierva’Duración: 38 minutosHUNGERViernes 23 de octubre, a las 15:00en el Aula Magna (hangar)Duración: 92 minutosENTRADA LIBRE Y GRATUITA
PROYECCIONES EN VERSIÓN ORIGINAL
CON SUBTÍTULOS EN CASTELLANO
Próxima semana: Jean Renoir.